jueves, 28 de enero de 2016

Temed solamente al Señor

Pastor Jorge Malibrán Lacorte
Mat.10:16-23 
"He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues prudentes como serpientes, y sencillos como palomas" Jesús estaba dando instrucciones para la predicación y la enseñanza. 

Como discípulos de Él, podemos esperar reacciones muy diversas cuando lo hagamos. Algunas personas mostrarán interés, mientras que otras rechazarán las buenas nuevas. 

Algunos incluso perseguirán a quienes prediquen la verdad. Cuando enfrentemos tal situación por causa de la predicación de la Palabra de Dios necesitaremos combinar la astucia de la serpiente con la pureza y dulzura de la paloma, sin olvidar que El Espíritu Santo nos dará de que hablar en aquella misma hora que se nos demande razón de nuestra fe. 

Recordemos que Jesús ha prometido estar con nosotros hasta el fin. Tenemos asegurada la victoria.
Bendiciones. 

Biblia 

Reina Valera

Mateo 10: 16-33
Persecuciones venideras

16 He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.

17 Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán;

18 y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles.

19 Más cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar.

20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.

21 El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir.

22 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

23 Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.

24 El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.

25 Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?
A quién se debe temer
(Lc. 12.2-9)

26 Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.

27 Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas.

28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

29 ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.

30 Pues aun vuestros cabellos están todos contados.

31 Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.

32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.

33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.

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