Imagen: Redes Sociales
Pastor Jorge Malibrán Lacorte
Mat.6:25-35.
A través de estos pasajes se nos enseña la importancia de aprender a confiar en la fidelidad y cuidado de Dios para nuestra vida al decirnos que por nada estemos afanados y se nos muestra cómo aún las aves del cielo que ni siembran, ni siegan, ni recogen en graneros nuestro Padre Celestial las alimenta. El secreto para vencer el afán es buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás nos será añadido.
Dios sabe mejor que nosotros nuestras necesidades en cuanto a alimento y vestido y tiene los recursos suficientes para proveer a sus criaturas. Que tanta fe tenemos para creer que Dios nos ama y provee lo necesario?.
Será acaso más importante para Dios un ave o una planta que nosotros?
Busquemos a Dios cada mañana y démosle gracias porque sus misericordias son nuevas cada día.
Bendiciones.
La Biblia Reina Valera 1960
Mateo 6:25-36
El afán y la ansiedad
(Lc. 12.22-31)
25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
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