miércoles, 13 de enero de 2016

Guardad la Ley

Imagen:corbis.com
Mateo 5: 17-26
Pastor Delfo Fuentes Castañeda.
En el verso 17 se nos muestra como Jesús negó la acusación que los fariseos le hacían señalándolo de que trataba de anular la ley y los profetas. Él le dijo que más bien había venido para cumplirla ya que con su llegada no dio por terminada la ley sino que el mismo la cumplió llevándola a cabo en su propia vida. 

El la obedeció perfectamente y enseñó acerca de su verdadero significado. La salvación que el proveyó cumplía con todas los requisitos y exigencias de la ley ya que Él era aquel del que los profetas hablaron. Jesús es ese Cordero de Dios que descendió del cielo para quitar el pecado del mundo. 

Saludos y Bendiciones.
Jesús y la ley
Mateo5:17-26

17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.

18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.

19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.

20 Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Jesús y la ira
(Lc. 12.57-59)

21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.

22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.

23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,

24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.

26 De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.

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