Pastor Jorge Malibrán Lacorte
Mat.8:1-13
Hermosos pasajes que nos muestran a un Jesús que se compadece de nuestros problemas y a la vez nos muestra el poder que tenía sobre toda circunstancia.
En primer lugar vemos a un leproso que se postra ante él y a quien Jesús extiende su mano y le toca, expresándole su deseo de libertarle de tal enfermedad, pero luego vemos como se presenta ante él un centurión que le suplica sane a su siervo, y a distancia y sin tener que tocarle procede a sanarle.
No hay límites para el poder de Jesús más que los que nosotros le ponemos por medio de la incredulidad. Recordemos cómo la fe del centurión en el Señor Jesucristo abrió puertas a un gran milagro. Que impide que nosotros ahora mismo podamos recibir de él un milagro? Oremos con fe y esperemos en Él.
Bendiciones.
Biblia Reina Valera
Mat.8:1-13
Jesús sana a un leproso
(Mr. 1.40-45; Lc. 5.12-16)
8 Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.
2 Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
3 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.
4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.
Jesús sana al siervo de un centurión
(Lc. 7.1-10)
5 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,
6 y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.
7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.
9 Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;
12 mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.
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