Pastor Jorge Malibrán Lacorte
Mateo 9:14-26
Entonces vinieron los discípulos de Juan, diciendo: Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?
Interesante que aún seguían siendo discípulos de Juan y no se hacían discípulos de Jesús, a pesar de que ya Juan les había dicho: He aquí el cordero de Dios. Se piensa que para este tiempo Juan ya había sido decapitado por Herodes, sin embargo ellos seguían sin entender que no era a Juan sino a Jesús a quien había que seguir.
El novio estaba ya ante ellos y no lo comprendían. Había venido a celebrar que el tiempo de la salvación había llegado y por tanto no había lugar para la tristeza (Ayuno) sino para el gozo, pero ellos no le reconocieron y amaron más las tradiciones.
El novio estaba ya ante ellos y no lo comprendían. Había venido a celebrar que el tiempo de la salvación había llegado y por tanto no había lugar para la tristeza (Ayuno) sino para el gozo, pero ellos no le reconocieron y amaron más las tradiciones.
Qué estamos siguiendo? A Jesús o a una religión? Él es el camino, la verdad y la vida.
Bendiciones
Biblia Reina Valera
Mat 9:14-26
La pregunta sobre el ayuno
(Mr. 2.18-22; Lc. 5.33-39)
14 Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?
15 Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
16 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura.
17 Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.
La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús
(Mr. 5.21-43; Lc. 8.40-56)
18 Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
19 Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos.
20 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.
22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.
23 Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto,
24 les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él.
25 Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó.
26 Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario