martes, 26 de enero de 2016

Él busca obreros misericordiosos

Imagen: youtube.com
Pastor Jorge Malibrán Lacorte. 
Mat.9:27-38 
Jesús fue seguido por dos ciegos, quienes dando voces gritaban...!Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!.. Jesús les dijo: Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. Y los ojos de ellos fueron abiertos. 

Notemos que en este pasaje Jesús no hace referencia a su poder ilimitado, mismo que le fue dado por su Padre (Mat.28:18) sino que se refirió a la fe que ellos tuvieran o pudieran manifestar en Él. 

Cada quien tiene su fe personal e intransmisible, misma que cuando depositamos en Jesús produce resultados sorprendentes y maravillosos. Jesús les enfatizó que todo se hace conforme a lo que cada uno cree. Así que lo que tú recibas de Dios dependerá de la cantidad de tu fe en Él. 

Pide pues con fe y verás el fruto de tu siembra. Nada es imposible para el que cree. ¿Lo crees?

Bendiciones…

Biblia
Reina Valera
Dos ciegos reciben la vista

27 Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: !!Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!

28 Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor.

29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.

30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.

31 Pero salidos ellos, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra.
Un mudo habla

32 Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado.

33 Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.

34 Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.
La mies es mucha

35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.

37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos.

38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

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