martes, 12 de enero de 2016

La sal y la luz del mundo

Mat. 5:1-16. 
Pastor Jorge Malibran Lacorte
Imagen: jesusviveencasadeallado
Después de exponer las 8 bienaventuranzas, el Señor Jesucristo declara que los que han sido justificados delante del Padre por medio de su fe en Él, vienen a ser la sal de la tierra y la luz del mundo. 

Cuando un hijo de Dios pierde su testimonio por causa del pecado, se desvirtúa y no puede funcionar como sal y pierde su poder de atraer y generar sed de Cristo en la vida de otros. 

Lo mismo sucede con la luz que debe irradiar todo aquel que está caminando cerca de Jesús, la luz del mundo. Cuando pecamos, entramos en tinieblas y no sólo perdemos el rumbo sino que podemos extraviar y confundir a otros que nos miran. Guardémonos del pecado y la contaminación del mundo y alumbremos por medio de buenas obras y de esta forma logremos que quienes nos miren glorifiquen a nuestro Dios. Miremos que seamos luz y no tinieblas. Que gran responsabilidad.
 Bendiciones.

Mateo 5: 1-16

5 Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.

2 Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:

3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia,porque de ellos es el reino de los cielos.

11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.

12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
La sal de la tierra

13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
La luz del mundo

14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.

16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario