miércoles, 3 de febrero de 2016

La generación perversa demanda señal

Imagen: Redes Sociales
Pastor Jorge Malibrán Lacorte
Mat. 12:38-50
Qué ciegos eran los escribas y fariseos que a pesar de que Jesús hacia milagros y prodigios ante ellos, persistían en demandarle más señales. 

"La generación mala y adúltera demanda señal, pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonas" Y tal cual como les anunció fue.

Jesús murió y resucitó al tercer día dando también cumplimiento a su promesa de reconstruir el templo que ellos destruirían. 

Bien nos dice Eclesiastés 1:8 que el ojo nunca se sacia de ver ni el oído de oír. Pretendiendo ser sabios estos escribas se hicieron necios y el diablo cegó su entendimiento para que no se arrepintieran y alcanzarán salvación por medio de Jesucristo. 

Oremos por aquellos a los que aún no les ha resplandecido el Evangelio. 

Bendiciones.

Mat. 12:38-50

La Biblia Reina Valera
La generación perversa demanda señal
(Lc. 11.29-32)

38 Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal.

39 El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.

40 Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

41 Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar.

42 La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar.
El espíritu inmundo que vuelve
(Lc. 11.24-26)

43 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.

44 Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.

45 Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación.
La madre y los hermanos de Jesús
(Mr. 3.31-35; Lc. 8.19-21)

46 Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar.

47 Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar.

48 Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?

49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.

50 Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.

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