Pastor Jorge Malibrán Lacorte
Mat.16:13-28
".... Y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán sobre ella". Fueron las palabras que Jesús dirigió al apóstol Pedro justo después de que reconociera que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Cuál es esta iglesia que Jesús prometió edificar? Cuál es el fundamento sobre el cual será edificada?.
Evidentemente que la iglesia fue establecida posterior al ascenso de Jesús.
Bien pudiéramos decir que inició en el día de Pentecostés, justamente con el derramamiento del Espíritu Santo.
Y es Jesús mismo la piedra angular, el fundamento principal, la Roca inamovible donde podemos descansar.
Tenemos ahora la certeza de que el mismo infierno no podrá prevalecer contra la iglesia de Cristo destruyéndola.
Pongámonos a la madura de Dios y resistamos a nuestro adversario.
Tenemos asegurada la victoria en Cristo Jesús.
Aleluya.
La Biblia
Reina Valera
Mat.16:13-28
La confesión de Pedro
(Mr. 8.27-30; Lc. 9.18-21)
13 Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.
15 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro,[a] y sobre esta roca[b]edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
20 Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo.
Jesús anuncia su muerte
(Mr. 8.31--9.1; Lc. 9.22-27)
21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.
22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.
23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: !!Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
28 De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.
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