lunes, 1 de febrero de 2016

El amor nos trae descanso

Pastor Jorge Malibrán Lacorte. 
Mateo 11: 20-30
"Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido...

El arrepentimiento es necesario para la salvación y no sólo implica volvernos de una vida de pecado, sino además el verdadero arrepentimiento tendrá como resultado un cambio de conducta, es decir cambiar de mentalidad, lo que nos llevará a un cambio de acciones y actitudes.

El arrepentimiento, relacionado con la salvación, es cambiar tu parecer respecto a Jesucristo. 

Es imposible poner tu fe en Jesucristo como salvador, sin primeramente cambiar tu mentalidad acerca de quién es Él y lo que Él ha hecho por ti. 

Es Jesucristo tu Señor y Salvador? ¿Hay algo de lo que hoy debas arrepentirte? 

Vayamos a la cruz y entreguemos nuestros pecados y cambiemos nuestra conducta.

Bendiciones.
Ayes sobre las ciudades impenitentes
(Lc. 10.13-16)

20 Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido, diciendo:

21 !!Ay de ti, Corazín! !!Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza.

22 Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotras.

23 Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades[a] serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy.

24 Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti.
Venid a mí y descansad
(Lc. 10.21-22)

25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.

26 Sí, Padre, porque así te agradó.

27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;

30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

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