viernes, 19 de febrero de 2016

Jesús sana a un muchacho lunático

Pastor Jorge Malibrán Lacorte
Mat.17:14-27
Un hombre desesperado acude a Jesús delante de quién se arrodilla y suplica. El motivo es que su hijo es lunático y sus discípulos no pudieron sanarle. Miremos como denomina Jesús a esa generación... "Incrédula y perversa".

Entonces Jesús reprende al demonio el cual sale del muchacho, quien queda sano a esa misma hora. Ya a solas, los discípulos le preguntan la causa de su fracaso. La respuesta es clara y contundente: Por vuestra poca fe.

Me pregunto si nuestra generación no está igual o peor que esa. 

Aprendamos pues de este padre angustiado y humillémonos delante de Jesús y roguemos por nuestros hijos, por nuestro matrimonio, por nuestra economía, por nuestros trabajos, pues ciertamente ese mismo demonio sigue activo tratando de robarnos la paz.

Hagamos uso de la fe y soltemos esa palabra que desarraigue cualquier obstáculo y lo lance lejos de nuestra vida.

Gracias Jesús por ser nuestro Maestro, Señor y Salvador.

Bendiciones.

La Biblia 

Reina Valera

Mat.17:14-27
Jesús sana a un muchacho lunático
(Mr. 9.14-29; Lc. 9.37-43)

14 Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:

15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.

16 Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar.

17 Respondiendo Jesús, dijo: !!Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.

18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora.

19 Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?

20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.

21 Pero este género no sale sino con oración y ayuno.
Jesús anuncia otra vez su muerte
(Mr. 9.30-32; Lc. 9.43-45)

22 Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres,

23 y le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera.
Pago del impuesto del templo

24 Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?

25 El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños?

26 Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos.

27 Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero;[a] tómalo, y dáselo por mí y por ti.

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