martes, 2 de febrero de 2016

DEVOCIONAL MATEO 12: 1-21

Imagen:perfumendecristo.com
Pastor Jorge Malibrán Lacorte
Mat 12:1-21
En este capítulo podemos ver la oposición por parte de los líderes religiosos hacia Jesús, particularmente de los fariseos por sus transgresiones a sus tradiciones religiosas. 

La ley consideraba que todo viaje que excediera los dos mil pasos en el sábado era considerado trabajo, y por tanto, no estaba permitido. Por lo tanto, no sólo Jesús y sus discípulos, sino todos aquellos que le seguían en sábado estaban quebrantando la ley.

Igualmente, el que sus discípulos arrancaran espigas de trigo y se las comieran les era causa de transgresión a la Ley. "Pues yo les digo que aquí está uno más grande que el templo" fueron las palabras que Jesús les dirigió.

Y ciertamente que lo es. Dios el Padre le confirió el nombre sobre todo nombre, para que al nombre de JESUS se doble toda rodilla de los que están en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Aleluya.

Mat 12:1-21
Biblia Reina Valera
Los discípulos recogen espigas en el día de reposo
(Mr. 2.23-28; Lc. 6.1-5)

12 En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo;[a] y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer.

2 Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo.[b]

3 Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre;

4 cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes?

5 ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo[c] los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo,[d] y son sin culpa?

6 Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí.

7 Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes;

8 porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.[e]
El hombre de la mano seca
(Mr. 3.1-6; Lc. 6.6-11)

9 Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos.

10 Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo?[f]

11 El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo,[g] no le eche mano, y la levante?

12 Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo.[h]

13 Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra.

14 Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle.
El siervo escogido

15 Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos,

16 y les encargaba rigurosamente que no le descubriesen;

17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:

18 He aquí mi siervo, a quien he escogido;
Mi Amado, en quien se agrada mi alma;
Pondré mi Espíritu sobre él,
Y a los gentiles anunciará juicio.

19 No contenderá, ni voceará,
Ni nadie oirá en las calles su voz.

20 La caña cascada no quebrará,
Y el pábilo que humea no apagará,
Hasta que saque a victoria el juicio.

21 Y en su nombre esperarán los gentiles.

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