lunes, 22 de febrero de 2016

Jesús enseña sobre el divorcio

Pastor Jorge Malibrán Lacorte
Mateo 19:1-12 
El asunto que ahora le es expuesto al Señor es sobre el divorcio.

Y lo primero que nos llama la atención es que claramente no estaban buscando sabiduría, sino más bien querían tentarle. Bien le dijo Jesús al diablo... "No tentarás al Señor, tú Dios". Si ellos lo hubieran entendido no se habrían prestado para que el maligno los usara. 

La enseñanza de Jesús fue y sigue siendo clara: "...lo que Dios juntó, no lo separe el hombre". Posterior a ello explica el Señor que es justamente la dureza de nuestro corazón la que no nos permite amar como Él nos ama ni perdonar como Él nos perdona. Qué es lo que endurece nuestro corazón sino el mismo pecado que mora en nosotros?. 
Lamentablemente, esa dureza nos vuelve ciegos y obstinados, al grado que no medimos el daño que nos hacemos y hacemos a nuestras familias. 

Oremos para que el amor de Jesús penetre nuestros corazones y nos sane de toda amargura y falta de perdón. 

Bendiciones.

LA BIBLIA

REINA VALERA

Mateo 19:1-12 
Jesús enseña sobre el divorcio
(Mr. 10.1-12; Lc. 16.18)

19 Aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, se alejó de Galilea, y fue a las regiones de Judea al otro lado del Jordán.

2 Y le siguieron grandes multitudes, y los sanó allí.

3 Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?

4 Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo,

5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?

6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

7 Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla?

8 El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.

9 Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.

10 Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse.

11 Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado.

12 Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba.

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