Pastor Jorge Malibrán Lacorte
Nehemías 1:1-11
Iniciamos hoy el estudio de este maravilloso libro y mi oración es que podamos nutrirnos grandemente a través de la reflexión de estas escrituras. Interesantes estos versos que nos conducen a la oración intercesora y su gran efecto sobre las vidas y circunstancias.
Después de oír la triste situación del remanente que quedó en Jerusalén, Nehemías quien por cierto era el copero del rey, con muchos beneficios económicos y al parecer sin necesidad alguna, se duele de la condición de su pueblo, llora, ayuna y ora con ruegos y súplicas por su nación. Vemos como primero exalta a Dios reconociendo su poder y sabiduría así como su misericordia y posteriormente suplica por su ayuda a favor del pueblo de Dios, basado en las promesas antes habladas por el mismo Dios.
Dios nos está hablando sobre la necesidad de que intercedamos por nuestra nación y por el pueblo de Dios.
Oigamos pues y no endurezcamos nuestro corazón. Oremos.
Bendiciones
La Biblia
Reina Valera
Nehemías 1:1-11
Oración de Nehemías sobre Jerusalén
1 Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino,
2 que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén.
3 Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.
4 Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.
5 Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos;
6 esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
7 En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.
8 Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos;
9 pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.
10 Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder, y con tu mano poderosa.
11 Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey.
Imagen:youtube.com
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