jueves, 30 de junio de 2016

La humillación de Edom

Por Jorge Malibrán Lacorte
Abdías 1:1-14
Se nos habla aquí sobre Edom y su arrogancia pues está lleno de soberbia creyendo que está por encima de todos y lejos de toda posibilidad de caída.

Sin embargo, es interesante ver cómo Dios le declara que no importa a dónde se vaya o donde se esconda, y aún si a la altura de las estrellas pusiera su nido,..."de ahí te derribaré" 

Por ningún motivo Dios acepta que nos envanezcamos y mucho menos que abusemos o hagamos burla del de pobre condición. Más bien, debemos recordar siempre de donde nos ha traído Dios y como solo por su misericordia hemos sido lavados de nuestra maldad. 

Ciertamente, la sabiduría y la vida están en someternos humildemente a la soberanía de Dios.La soberbia viene cuando nos olvidamos de Dios. 

Maravilloso día es este para doblar nuestras rodillas ante Él y declarar que todo es suyo por siempre.

Bendiciones.

La Biblia

Reina Valera

Abdías 1:1-14

La humillación de Edom

1 Visión de Abdías.
Jehová el Señor ha dicho así en cuanto a Edom: Hemos oído el pregón de Jehová, y mensajero ha sido enviado a las naciones. Levantaos, y levantémonos contra este pueblo en batalla.

2 He aquí, pequeño te he hecho entre las naciones; estás abatido en gran manera.

3 La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra?

4 Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová.

5 Si ladrones vinieran a ti, o robadores de noche (!!cómo has sido destruido!), ¿no hurtarían lo que les bastase? Si entraran a ti vendimiadores, ¿no dejarían algún rebusco?

6 !!Cómo fueron escudriñadas las cosas de Esaú! Sus tesoros escondidos fueron buscados.

7 Todos tus aliados te han engañado; hasta los confines te hicieron llegar; los que estaban en paz contigo prevalecieron contra ti; los que comían tu pan pusieron lazo debajo de ti; no hay en ello entendimiento.

8 ¿No haré que perezcan en aquel día, dice Jehová, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú?

9 Y tus valientes, oh Temán, serán amedrentados; porque todo hombre será cortado del monte de Esaú por el estrago.

10 Por la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá verg:uenza, y serás cortado para siempre.

11 El día que estando tú delante, llevaban extraños cautivo su ejército, y extraños entraban por sus puertas, y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos.

12 Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano, en el día de su infortunio; no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia.

13 No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no debiste haber mirado su mal en el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes en el día de su calamidad.

14 Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar a los que de ellos escapasen; ni debiste haber entregado a los que quedaban en el día de angustia.

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