Parábola de las diez vírgenes

Pastor Jorge Malibrán Lacorte

Mat.25:1-13

Jesús compara el reino de los cielos a 10 vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo, 5 de ellas prudentes y el resto imprudentes. A media noche se escuchó que el esposo venía y las imprudentes descubren que el aceite de sus lámparas se agotó y salen a conseguirlo, pero el marido llegó y entró a su casa solo con las 5 prudentes, quedado fuera las imprudentes que al ver cerrada la puerta llamaron y escucharon que el señor de la casa les desconoció. 

Sin duda, el esposo y señor de la casa es Jesús, quien cuando venga tomará a la esposa prudente que se ha guardado para él y que vive consciente de su inminente regreso. El aceite representa al Espíritu Santo, quien permite que haya luz en nuestro interior.

Busquemos ser llenos de él y guardémonos en obediencia y santidad para el esposo, que su venida está más cerca que nunca.

¿Estás listo para recibirle?

Bendiciones.

La Biblia 

Reina Valera

Mat.25:1-13

Parábola de las diez vírgenes

25 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.

2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.

3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;

4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.

5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.

6 Y a la medianoche se oyó un clamor: !!Aquí viene el esposo; salid a recibirle!

7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.

8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.

9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.

10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.

11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: !!Señor, señor, ábrenos!

12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.

13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

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