domingo, 27 de marzo de 2016

Jesús es sepultado

Pastor Jorge Malibrán Lacorte
Mateo 27:57-66
Llama fuertemente la atención que los principales sacerdotes y los fariseos recuerdan a la perfección las enseñanzas de Jesús, y muy particularmente cómo el mismo Jesús, en varias ocasiones les había hablado sobre su muerte y resurrección, lo cual les hizo acudir ante Pilato, y haciendo uso de su influencia política le piden monte una guardia, para evitar que los discípulos de Jesús roben su cuerpo.

Es triste entonces ver que cuando María Magdalena les avisa de la desaparición del cuerpo hayan pensado que solo se trataba del robo de su cuerpo y no del cumplimiento de su palabra.

Estamos conscientes de que ese mismo Jesús que resucitó volverá nuevamente con toda su gloria.

Preparemos nuestro corazón, nuestro Rey y Salvador viene pronto.

Aleluya.

Mateo 27:57-66

La Biblia

Reina Valera
Jesús es sepultado
(Mr. 15.42-47; Lc. 23.50-56; Jn. 19.38-42)

57 Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús.

58 Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo.

59 Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia,

60 y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue.

61 Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro.
La guardia ante la tumba

62 Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato,

63 diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré.

64 Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero.

65 Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis.

66 Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.

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