Pastor Jorge Malibrán Lacorte
Mat.26:31-46
Jesús llega al Huerto de Getsemaní para orar con sus discípulos. Ya les había dado el anuncio de que le dejarían solo, a lo cual, Pedro contestó que estaría dispuesto a morir con él. Tres veces me negarás antes que el gallo cante fue la respuesta de Jesús.
Tomando a sus 3 discípulos más cercanos se adentró en el huerto para orar y luego vino a sus discípulos, a los cuales halló durmiendo. Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Fue la pregunta que Jesús les hizo.
Tristemente, en sus momentos de mayor angustia y agonía Jesús no tuvo apoyo en oración por parte de sus seguidores.
Y que de nosotros? Somos capaces de acompañar al Señor en oración aunque sea una hora?
Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.
Atendamos esta recomendación del Señor...
Bendiciones.
La Biblia
Reina Valera
Mat.26:31-46
Jesús anuncia la negación de Pedro
(Mr. 14.26-31; Lc. 22.31-34; Jn. 13.36-38)
30 Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.
31 Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.
32 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.
33 Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.
34 Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.
35 Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.
Jesús ora en Getsemaní
(Mr. 14.32-42; Lc. 22.39-46)
36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.
37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.
38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?
41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
43 Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño.
44 Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.
45 Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.
46 Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega.
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