sábado, 14 de mayo de 2016

Falsos profetas y falsos maestros (Segunda Parte)

Pastor Jorge Malibrán Lacorte
2 Ped. 2:12-22 
Seguimos escuchando a Pedro disertar sobre los injustos quienes habiendo conocido del Señor han dejado el camino recto y se han extraviado, hablando mal de cosas que no entienden y sin darse cuenta se convierten en animales de presa y destrucción, quienes perecerán en su propia perdición, siendo como fuentes sin agua y nubes empujadas por la tormenta, para quienes la más densa oscuridad les está reservada para siempre.

Miremos qué triste caso el de ellos, pues habiendo escapado de la contaminación del mundo por medio de Jesucristo ahora se han enredado nuevamente con el pecado, viendo a ser su postrer estado peor que el primero.

Que no sea este nuestro caso ni el de las personas que más amamos. Oremos por nuestras casas, por nuestros seres queridos y por nuestros hermanos en la fe, para que no volvamos nunca más al pasado, a la vida de pecado. Bendiciones.

La Biblia 

Reina Valera

2 Ped. 2:12-22 

12 Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición,

13 recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores.

14 Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición.

15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad,

16 y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.

17 Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre.

18 Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error.

19 Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.

20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero.

21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.

22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.

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