Pastor Jorge Malibrán Lacorte
1 Ped.4:1-11
"Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías." El apóstol Pedro es directo y tajante en cuanto a nuestra transformación posterior a nuestro nuevo nacimiento. No podemos decir que estamos en Cristo cuando realmente no hay claras evidencias de un cambio de vida radical.
Ciertamente, para muchos será extraño e incluso hasta molesto que ya no corramos con ellos en el mismo desenfreno, llegando incluso a ultrajarnos por tal cambio. Sin embargo, nada nos debe hacer volver atrás, si es que verdaderamente hemos experimentado el nuevo nacimiento en Cristo.
Recordemos que el fin de todas las cosas se acerca, por tanto seamos sobrios y velemos en oración, y ante todo amemos, porque el amor cubrirá multitud de pecados.
Bendiciones.
La Biblia
Reina Valera
1 Ped.4:1-11
Buenos administradores de la gracia de Dios
4 Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado,
2 para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.
3 Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.
4 A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;
5 pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.
6 Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios.
7 Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.
8 Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.
9 Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.
10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
11 Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Imagen: Redes Sociales
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