Pastor Jorge Malibrán Lacorte
Imagen: youtube.com
2 Ped.3:1-9
"El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento."
Uno de los problemas más graves es perder de vista la palabra de Dios que de continuo nos amonesta y advierte que Dios es soberano y fiel a sus promesas y que todas y cada una de ellas se han ido cumpliendo a pesar de la incredulidad y necedad de los hombres, quienes piensan que la segunda venida del Señor es solo un mito religioso.
Sin embargo, Pedro nos enseña que así como en la antigüedad todo quedó sumergido bajo las aguas, ahora todo será desecho por el fuego, bajo el juicio de Dios. Mientras tanto, nos toca a nosotros predicar con amor y ejemplo el Nombre del Señor a toda criatura y conducirles con ternura a un genuino arrepentimiento y conversión.
No perdamos tiempo.... Prediquemos a Jesús resucitado y victorioso. Bendiciones.
La Biblia
Reina Valera
2 Ped.3:1-9
El día del Señor vendrá
3 Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento,
2 para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles;
3 sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,
4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.
5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste,
6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;
7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.
8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.
9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
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